🍎 1. Prioriza lo natural:
Elige alimentos frescos y poco procesados. Frutas, vegetales, granos integrales, legumbres y proteínas magras deberían ser la base de tu día. Cuantos menos ingredientes tenga un producto, mejor será para tu cuerpo.
💧 2. Hidrátate y escucha tu cuerpo:
Muchas veces confundimos el hambre con la sed. Toma agua durante el día, y antes de comer, pregúntate si realmente tienes hambre o solo estás cansada o aburrida. Escuchar tus señales internas es una forma de amor propio.
🥗 3. Planifica sin rigidez:
Planear tus comidas no significa restringirte. Crea un menú flexible con opciones saludables que disfrutes. Tener snacks naturales listos —como nueces, frutas o yogur— evitará decisiones impulsivas y te mantendrá enfocada en tu bienestar.
🌸 Pequeños cambios crean grandes resultados.
Recuerda: comer bien no es una dieta, es una manera de vivir con equilibrio y respeto hacia ti misma.